Un espeto de sardinas típico de las playas de Málaga es uno de los platos más emblemáticos y auténticos de la gastronomía malagueña. Consiste en ensartar entre cinco y siete sardinas frescas en una caña de bambú o metálica fina y larga, atravesando su lomo. Estos espetos se colocan directamente sobre brasas vivas, hechas sobre la propia arena de la playa o en barcas llenas de arena junto a los chiringuitos. Esta técnica, que requiere manos expertas, preserva el sabor jugoso de la sardina y otorga un ligero toque ahumado gracias a la leña y al meticuloso control del fuego, girando el espetón en el momento justo para que queden crujientes por fuera y jugosas por dentro.
Esta costumbre, nacida en el siglo XIX entre los pescadores malagueños, se ha transmitido de generación en generación y es un símbolo cultural de la Costa del Sol. El auténtico espeto se disfruta especialmente en los meses de mayo a agosto, cuando la sardina está más grasa y sabrosa, y suele comerse con los dedos, directamente desde la caña, siguiendo la tradición popular. No puede faltar una pizca de sal y el inconfundible ambiente de los chiringuitos a pie de playa, donde observar cómo el espetero cuida cada detalle para lograr el resultado perfecto: sencillo, fresco y tan ligado al mar y al verano malagueño.
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