El Carnaval de Binche, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una de las fiestas populares más antiguas y emblemáticas de Bélgica. Se celebra cada año durante los tres días que preceden a la Cuaresma y moviliza a toda la ciudad de Binche en un ambiente de júbilo y tradición. El evento comienza con una serie de festejos preparatorios conocidos como «soumonces», y alcanza su clímax el martes de Carnaval con la aparición del famoso Gilles. Ataviados con brillantes trajes rojos, amarillos y negros y con imponentes sombreros de plumas de avestruz, desfilan y bailan al ritmo de los tambores por las calles empedradas de la ciudad, lanzando naranjas a la multitud en señal de buena suerte y prosperidad. El festival culmina en la Grand-Place con bailes tradicionales y un espectacular espectáculo de fuegos artificiales.
La tradición del Carnaval de Binche, heredera de siglos de historia que se remontan al menos a la Edad Media, está profundamente arraigada en la identidad local. La organización está especialmente codificada: sólo una persona que lleve más de cinco años viviendo en Binche puede convertirse en Gille, y el traje tradicional sólo puede llevarse en Binche. Además de los Gilles, otras figuras como los Pierrots, los Arlequines y los Campesinos animan las procesiones. Todos ellos contribuyen a hacer del carnaval una fiesta única, testimonio vivo de un patrimonio colectivo cuidadosamente conservado y transmitido de generación en generación. La población local participa con orgullo en la confección de los trajes, el ensayo de la música y el mantenimiento de los rituales que atraen cada año a miles de visitantes de todo el mundo.
Sources: Perplexity.ai, Wikipedia & Unesco.org