Rickshaw en Chennai, India, 2008

El rickshaw indio, auténtico símbolo de las animadas calles del país, es un pequeño vehículo de tres ruedas con capacidad para dos o tres pasajeros. Su versión tradicional con pedales, que aún se puede ver en algunos barrios antiguos, consiste en una bicicleta prolongada en la parte trasera con un asiento cubierto por un toldo de lona de colores, a menudo decorado con motivos pintados a mano. Conducido por un ciclista cuya agilidad se adapta a las estrechas callejuelas, avanza a un ritmo lento, ofreciendo una visión directa de la vida urbana india.

Más común hoy en día, el auto-rickshaw, o tuk-tuk, el que se ve en la foto, funciona con gas o electricidad. Tiene un chasis de metal, un asiento trasero recubierto de cuero sintético y un techo rígido que protege del sol abrasador o de las lluvias torrenciales. De color verde y amarillo en muchas ciudades, serpentea ruidosamente entre los coches y las vacas sagradas, encarnando la energía trepidante y el ingenio práctico del transporte cotidiano en la India.